No son lo que parecen. Parecen fruta.
Pero son mucho más.
Son el objeto que guardaremos celosamente en un congelador, para que a partir de septiembre, podamos hacer divulgación científica con ellas. Porque con ellas realizaremos el taller de extracción de ADN, con métodos caseros.
Y son más: son la expectación y la sorpresa de muchos rostros juveniles que hasta ese momento habrán visto cientos de veces la «doble hélice», pero por primera vez podrán tocarla con sus dedos.
Ilusión, sorpresa, expectación…y divulgación científica.
No. No son solamente fresas.