La escribió el maestro Solano a «la más grande», que la grabó para Columbia en 1965 y ella la cantaba como ninguna:
Me ocurre cada verano: entro en pánico. El verano me produce miedo. Mucho miedo.
Navego por las páginas virtuales o papeleras de la prensa española y cuando menos me lo espero, ¡zas! en toda la boca. Me choco con la noticia que el becario imberbe o el plumilla sustituto del redactor-jefe ha publicado.
Y así voy de desasosiego en desasosiego.
Una veces son noticias «alarmistas», que no resisten el más mínimo rigor científico, como esta que produce bochorno cuando se lee el titular y el subtitular. (Da igual que sean virus que hongos, son bichejos ¿no?)
Luego están las noticias «buenistas», tan peligrosas como las anteriores. Que crean falsas esperanzas y debían estar penadas por la Ley.
Como esta:
Y cuando ya creo estar curado de espanto, aparece el ABC, ese medio tan proclive a la manipulación de la realidad y me abofetea con portadas como esta:
Lo dicho: el verano me produce miedo. Mucho miedo.