Afirma el dicho popular que año nuevo, vida nueva. Y puede que sea verdad, pero no en Córdoba.
Que no hay trabajo para los jóvenes y que estos han de elegir entre trabajar de camareros/as o emigrar, no pasa nada. Nos llenamos la boca, diciendo lo bonita que es Córdoba y a otra cosa mariposa.
Que la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Córdoba tiene que encargar el cartel de la Semana Santa 2020 a un pintor, pues se busca a un pintor sevillano, porque esta es la forma en la que esta ciudad apoya a sus artistas. Si esto ocurre en Sevilla, un cartel pintado por un artista cordobés, arde Troya. Pero aquí no pasa nada.
Decimos que somos senequistas y todo arreglado. Por cierto ¿cuántos cordobeses y cordobesas han leído las obras del paisano, tutor de Nerón?.
Córdoba es una ciudad indolente, cuya preocupación más acuciante es conseguir el flamenquín más grande.