Dice Miguel Ríos que la cigüeña es muy importante.
Y es verdad.
Si la cigüeña tira hacia al norte nacerás en la Unión Europea y aunque carezcas de empatía hacia la Humanidad, podrás ser ministro del Interior en el Gobierno de España.
Pero si la cigüeña se despista y en vez de ir hacia el norte, se va hacia el sur, si la cigüeña se equivoca, como la paloma de Alberti, estás sentenciado.
Nacerás en Bamako o Tánger.
Hablarás bambara o árabe.
Pero serás siempre un paria.
Y entrarás al país de ese ministro, cruzando el estrecho de Gibraltar en patera o debajo de un camión o saltando una lacerante valla en Ceuta.
Jodida cigüeña.